«La escuela debe enseñarnos a pensar, para lo otro ya está Wikipedia» «Memorizar contenidos no te garantiza que te vas a mover mejor por el mundo»
Le avalan 18 años de trabajo en las aulas, además
de una diplomatura en Magisterio, una licenciatura en Pedagogía y un
máster en Atención Temprana. Javier Bahón Gómez (Bilbao, 1966), experto
en innovación educativa, ofreció un curso de formación destinado a
docentes organizado por el Centro de Profesorado y Recursos de
Gijón-Oriente, titulado 'Inteligencias múltiples en el aula: diversidad y
competencias básicas' y concebido como un acercamiento a la teoría
formulada por el Premio Príncipe Howard Gardner, que habla de hasta
nueve inteligencias distintas. Esa perspectiva permite conocer las
distintas capacidades que confluyen en un aula y tener pautas para
trabajar con esa diversidad del alumnado.
-Defiende
Gardner que la brillantez académica no lo es todo y que a la hora de
desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente.
-Así es. Las personas tenemos distintas áreas en
las que demostramos nuestras fortalezas y debilidades. Hasta ahora, las
únicas competencias que se consideraban eran la lingüística y la
lógico-matemática. Se trata de que el sistema educativo se dé cuenta de
que las personas tienen muchas más dimensiones y de que hay que trabajar
sobre todas ellas para garantizar un desarrollo integral de los niños.
-Sostiene que no estamos preparados para lo que nos espera fuera del sistema educativo.
-Es que, hoy por hoy, la escuela no nos ayuda a
prepararnos en aquellos aspectos que son realmente importantes. Hasta
ahora, hay esfuerzos individuales, redes concretas, para desarrollar
este enfoque, pero en España todavía no se ha desarrollado una
sistematización para enseñar de esta forma.
-Ponga un ejemplo.
-Hoy en día, los jóvenes tienen que desarrollar
competencias digitales, científicas, artísticas o sociales. Tienen que
aprender a emprender, a ser creativos, a trabajar en equipo, a
entenderse, a dialogar... Y, sobre todo, tienen que ser buenos
pensadores.
-¿No lo son?
-La escuela está demasiado preocupada por los
contenidos. Todos recordamos los sintagmas nominales, las capitales
europeas y las partes de una flor o de un volcán, pero no nos enseñan a
pensar, que es lo que realmente nos va a servir para desenvolvernos en
el día a a día. El modelo basado en extensas listas de contenidos que ya
están en Google o Wikipedia se ha quedado corto, porque no te garantiza
que te vas a saber mover mejor por el mundo. Nos siguen faltando cosas
muy básicas y es una tristeza que el sistema educativo no las garantice,
sino que te obligue a hacer añadidos para adquirirlas como cursos o
másteres.
-¿Ayudará en este objetivo la reforma educativa impulsada por el ministro José Ignacio Wert?
-Va en este camino, pero justo en la dirección
contraria. Lo que pone en la filosofía de la ley no se traducirá luego
en la práctica. Establece, por ejemplo, que hay que dar más autoridad a
los centros, pero luego se determinan los objetivos que tienen que
lograr y esos objetivos se consiguen con más y más contenidos. Se va a
introducir todavía más presión y se duplicará lo que es pura
memorización. Va a ser todavía peor de lo que tenemos.
-¿Estamos obsesionados por rankings como los que establece el informe PISA?
-El problema es que hay que saber cómo se han
hecho esos informes. Las mediciones son buenas o malas según cómo se
elaboran y cómo se utilizan los datos. En cuanto a las pruebas PISA, que
podrían ser un referente, mucha gente se sorprendería si supiera cómo
se hacen. Suelen durar unas tres horas y los chavales a veces las leen y
a veces no porque no les apetece. A veces ponen cruces donde les parece
porque lo ven como un tocho, y eso te lo cuentan los propios
estudiantes. La dinámica es errónea. Falla la base.
-¿Consejos para los docentes?
-Lo fundamental es formarse, aunque el sistema
falle, incluyendo la formación universitaria, que es muy precaria. En el
caso de los profesores, todavía más, pero lo primero que se llevan por
delante los recortes es precisamente la formación. La recomendación
básica es que un profesor tiene que ser cercano y dar muchas estrategias
para que sus alumnos sepan desenvolverse y se conviertan en amantes del
saber, de aprender durante toda su vida.
-¿Y para madres y padres?
-Necesitan también una formación y una adecuación a
los tiempos, porque muchas veces nos encontramos con demandas como:
«Hay que terminar el libro de texto». Cosas que no conducen a nada y que
incluso, muchas veces, son contraproducentes. Cuando te dicen eso es
una señal clara de que necesitan mucha información.
pd.
He tenido la suerte de asistir a seminarios de Javier Bahón me identifico totalmente con lo que dice y hace.
Le avalan 18 años de trabajo en las aulas, además
de una diplomatura en Magisterio, una licenciatura en Pedagogía y un
máster en Atención Temprana. Javier Bahón Gómez (Bilbao, 1966), experto
en innovación educativa, ofreció un curso de formación destinado a
docentes organizado por el Centro de Profesorado y Recursos de
Gijón-Oriente, titulado 'Inteligencias múltiples en el aula: diversidad y
competencias básicas' y concebido como un acercamiento a la teoría
formulada por el Premio Príncipe Howard Gardner, que habla de hasta
nueve inteligencias distintas. Esa perspectiva permite conocer las
distintas capacidades que confluyen en un aula y tener pautas para
trabajar con esa diversidad del alumnado.
-Defiende
Gardner que la brillantez académica no lo es todo y que a la hora de
desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente.
-Así es. Las personas tenemos distintas áreas en
las que demostramos nuestras fortalezas y debilidades. Hasta ahora, las
únicas competencias que se consideraban eran la lingüística y la
lógico-matemática. Se trata de que el sistema educativo se dé cuenta de
que las personas tienen muchas más dimensiones y de que hay que trabajar
sobre todas ellas para garantizar un desarrollo integral de los niños.
-Sostiene que no estamos preparados para lo que nos espera fuera del sistema educativo.
-Es que, hoy por hoy, la escuela no nos ayuda a
prepararnos en aquellos aspectos que son realmente importantes. Hasta
ahora, hay esfuerzos individuales, redes concretas, para desarrollar
este enfoque, pero en España todavía no se ha desarrollado una
sistematización para enseñar de esta forma.
-Ponga un ejemplo.
-Hoy en día, los jóvenes tienen que desarrollar
competencias digitales, científicas, artísticas o sociales. Tienen que
aprender a emprender, a ser creativos, a trabajar en equipo, a
entenderse, a dialogar... Y, sobre todo, tienen que ser buenos
pensadores.
-¿No lo son?
-La escuela está demasiado preocupada por los
contenidos. Todos recordamos los sintagmas nominales, las capitales
europeas y las partes de una flor o de un volcán, pero no nos enseñan a
pensar, que es lo que realmente nos va a servir para desenvolvernos en
el día a a día. El modelo basado en extensas listas de contenidos que ya
están en Google o Wikipedia se ha quedado corto, porque no te garantiza
que te vas a saber mover mejor por el mundo. Nos siguen faltando cosas
muy básicas y es una tristeza que el sistema educativo no las garantice,
sino que te obligue a hacer añadidos para adquirirlas como cursos o
másteres.
-¿Ayudará en este objetivo la reforma educativa impulsada por el ministro José Ignacio Wert?
-Va en este camino, pero justo en la dirección
contraria. Lo que pone en la filosofía de la ley no se traducirá luego
en la práctica. Establece, por ejemplo, que hay que dar más autoridad a
los centros, pero luego se determinan los objetivos que tienen que
lograr y esos objetivos se consiguen con más y más contenidos. Se va a
introducir todavía más presión y se duplicará lo que es pura
memorización. Va a ser todavía peor de lo que tenemos.
-¿Estamos obsesionados por rankings como los que establece el informe PISA?
-El problema es que hay que saber cómo se han
hecho esos informes. Las mediciones son buenas o malas según cómo se
elaboran y cómo se utilizan los datos. En cuanto a las pruebas PISA, que
podrían ser un referente, mucha gente se sorprendería si supiera cómo
se hacen. Suelen durar unas tres horas y los chavales a veces las leen y
a veces no porque no les apetece. A veces ponen cruces donde les parece
porque lo ven como un tocho, y eso te lo cuentan los propios
estudiantes. La dinámica es errónea. Falla la base.
-¿Consejos para los docentes?
-Lo fundamental es formarse, aunque el sistema
falle, incluyendo la formación universitaria, que es muy precaria. En el
caso de los profesores, todavía más, pero lo primero que se llevan por
delante los recortes es precisamente la formación. La recomendación
básica es que un profesor tiene que ser cercano y dar muchas estrategias
para que sus alumnos sepan desenvolverse y se conviertan en amantes del
saber, de aprender durante toda su vida.
-¿Y para madres y padres?
-Necesitan también una formación y una adecuación a
los tiempos, porque muchas veces nos encontramos con demandas como:
«Hay que terminar el libro de texto». Cosas que no conducen a nada y que
incluso, muchas veces, son contraproducentes. Cuando te dicen eso es
una señal clara de que necesitan mucha información.
pd.
He tenido la suerte de asistir a seminarios de Javier Bahón me identifico totalmente con lo que dice y hace.
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