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2014-01-28

«La escuela debe enseñarnos a pensar, para lo otro ya está Wikipedia» «Memorizar contenidos no te garantiza que te vas a mover mejor por el mundo»

«La escuela debe enseñarnos a pensar, para lo otro ya está Wikipedia»
«Memorizar contenidos no te garantiza que te vas a mover mejor por el mundo» 








Le avalan 18 años de trabajo en las aulas, además de una diplomatura en Magisterio, una licenciatura en Pedagogía y un máster en Atención Temprana. Javier Bahón Gómez (Bilbao, 1966), experto en innovación educativa, ofreció un curso de formación destinado a docentes organizado por el Centro de Profesorado y Recursos de Gijón-Oriente, titulado 'Inteligencias múltiples en el aula: diversidad y competencias básicas' y concebido como un acercamiento a la teoría formulada por el Premio Príncipe Howard Gardner, que habla de hasta nueve inteligencias distintas. Esa perspectiva permite conocer las distintas capacidades que confluyen en un aula y tener pautas para trabajar con esa diversidad del alumnado.

-Defiende Gardner que la brillantez académica no lo es todo y que a la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente.

-Así es. Las personas tenemos distintas áreas en las que demostramos nuestras fortalezas y debilidades. Hasta ahora, las únicas competencias que se consideraban eran la lingüística y la lógico-matemática. Se trata de que el sistema educativo se dé cuenta de que las personas tienen muchas más dimensiones y de que hay que trabajar sobre todas ellas para garantizar un desarrollo integral de los niños.

-Sostiene que no estamos preparados para lo que nos espera fuera del sistema educativo.

-Es que, hoy por hoy, la escuela no nos ayuda a prepararnos en aquellos aspectos que son realmente importantes. Hasta ahora, hay esfuerzos individuales, redes concretas, para desarrollar este enfoque, pero en España todavía no se ha desarrollado una sistematización para enseñar de esta forma.

-Ponga un ejemplo.

-Hoy en día, los jóvenes tienen que desarrollar competencias digitales, científicas, artísticas o sociales. Tienen que aprender a emprender, a ser creativos, a trabajar en equipo, a entenderse, a dialogar... Y, sobre todo, tienen que ser buenos pensadores.

-¿No lo son?

-La escuela está demasiado preocupada por los contenidos. Todos recordamos los sintagmas nominales, las capitales europeas y las partes de una flor o de un volcán, pero no nos enseñan a pensar, que es lo que realmente nos va a servir para desenvolvernos en el día a a día. El modelo basado en extensas listas de contenidos que ya están en Google o Wikipedia se ha quedado corto, porque no te garantiza que te vas a saber mover mejor por el mundo. Nos siguen faltando cosas muy básicas y es una tristeza que el sistema educativo no las garantice, sino que te obligue a hacer añadidos para adquirirlas como cursos o másteres.

-¿Ayudará en este objetivo la reforma educativa impulsada por el ministro José Ignacio Wert?

-Va en este camino, pero justo en la dirección contraria. Lo que pone en la filosofía de la ley no se traducirá luego en la práctica. Establece, por ejemplo, que hay que dar más autoridad a los centros, pero luego se determinan los objetivos que tienen que lograr y esos objetivos se consiguen con más y más contenidos. Se va a introducir todavía más presión y se duplicará lo que es pura memorización. Va a ser todavía peor de lo que tenemos.

-¿Estamos obsesionados por rankings como los que establece el informe PISA?

-El problema es que hay que saber cómo se han hecho esos informes. Las mediciones son buenas o malas según cómo se elaboran y cómo se utilizan los datos. En cuanto a las pruebas PISA, que podrían ser un referente, mucha gente se sorprendería si supiera cómo se hacen. Suelen durar unas tres horas y los chavales a veces las leen y a veces no porque no les apetece. A veces ponen cruces donde les parece porque lo ven como un tocho, y eso te lo cuentan los propios estudiantes. La dinámica es errónea. Falla la base.

-¿Consejos para los docentes?

-Lo fundamental es formarse, aunque el sistema falle, incluyendo la formación universitaria, que es muy precaria. En el caso de los profesores, todavía más, pero lo primero que se llevan por delante los recortes es precisamente la formación. La recomendación básica es que un profesor tiene que ser cercano y dar muchas estrategias para que sus alumnos sepan desenvolverse y se conviertan en amantes del saber, de aprender durante toda su vida.

-¿Y para madres y padres?

-Necesitan también una formación y una adecuación a los tiempos, porque muchas veces nos encontramos con demandas como: «Hay que terminar el libro de texto». Cosas que no conducen a nada y que incluso, muchas veces, son contraproducentes. Cuando te dicen eso es una señal clara de que necesitan mucha información. 

pd.
He tenido la suerte de asistir a seminarios de Javier Bahón me identifico totalmente con lo que dice y hace.

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