Vivir en los ochenta, concretamente en 1986, se ha convertido en una realidad para una familia canadiense de la localidad de Guelph, en Ontario.
Sin teléfonos móviles, sin ordenadores y sin internet, Blair McMillan, su novia de 27 años y sus hijos de cinco y dos años tratan de llevar una vida lo más parecido a la actualidad pero con las limitaciones de los ochenta.
“Básicamente tratamos de hacer todo lo que queremos hacer en 2013 pero al estilo del 86”, dice McMillan.
La idea surgió cuando uno de los hijos de Blair rechazó salir a jugar al jardín con él y prefirió quedarse jugando con su consola.
Ya llevan cinco meses con este experimento y pretenden llegar hasta el final previsto, en abril de 2014. Cada vez son más los intrépidos que, ante la omnipresencia de la tecnología, deciden dar un relajante paseo por el pasado.
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