Ayer
hubiéramos celebrado el Día mundial del juego en la Ikastola Alkartu de
Barakaldo, juntando en un mismo espacio varias generaciones, entregadas al
bello arte de jugar.
Pero
vivimos una anormalidad que nos afanamos en disfrazarla de normal y en la que, a
veces, cuesta reconocernos.
A
pesar de todo hemos sido testigos durante el confinamiento de la necesidad de
continuar con la vida y con nuestras rutinas de la mejor manera posible y hemos
encontrado y compartido para ello multitud de recursos como: la
lectura, escuchar música, pintar, viajar de manera virtual por museos online,
bailar y como no, jugar, además de un largo etcétera. En realidad, el
salón de casa se ha convertido durante estos días en el ágora familiar donde
todo se habla, se discute, se razona. Y en esa "plaza
pública" se han dado cita varias generaciones.
Podría
decirse, por tanto, que la celebración del Día de las tres
Generaciones, en realidad, sí se ha producido, pero, como todo lo
demás en esta pandemia, de una manera más original, si cabe.
La
imaginación, nuevamente, nos ha echado un capote, la misma imaginación que
resulta ingrediente indispensable cuando nos sumergimos en el JUEGO.
Y, ya que estamos, ¿alguna vez nos hemos preguntado qué es eso del JUEGO?
Tratándose
de un día en el que se celebra el juego, por encima de todo, conviene pararse
un momento y reflexionar sobre esta realidad.
Si
nos pidieran a cada un@ de nosotr@s una definición de juego, posiblemente
daríamos tantas como personas encuestadas, y es que, esta maravilla llamada
juego, " juega " con nosotr@s cuando intentamos definirla y acotarla
con palabras, si bien es verdad que en dichas definiciones suelen aparecer elementos
comunes, al final, llegamos a la conclusión de que consensuar una
definición que satisfaga a todas las opiniones se hace, cuando menos,
imposible.
Leí,
en cierta ocasión que el juego era como el agua, si alguna vez hemos intentado
retener el agua entre nuestras manos, observamos que ésta se nos escurre entre
los dedos resultando del todo imposible retenerla. El juego se comporta como el
agua de igual manera y escapa a la difícil empresa de acotarlo y definirlo. Se
nos muestra como una realidad que más parece un mosaico de infinitas facetas,
cada una de las cuales, de forma individual sirven para definir una parte de un
todo, que, si bien conocemos a la perfección, puesto que tod@s hemos jugado y
hemos sentido la magia del juego, nos resulta del todo imposible definir y
quedarnos satisfechos con el resultado.
Me
he tomado la molestia de buscar diferentes definiciones del juego y he
encontrado un documento de Francisco Secadas Marcos que quisiera compartir, aviso de su extensión, 69
páginas, que, dicho de paso, para l@s amantes del juego y de la lectura serán,
sin duda, un regalo.
Como
muestra un botón:
Las
definiciones del juego
Por
Francisco SECADAS MARCOS
l.
INMADUREZ, ARBITRIO, HABILIDAD
Carencia de finalidad
En efecto, no se juega
para algo; se juega para jugar, simplemente.
« La esencia del juego,
opinan Bruner y colaboradores , es el predominio
de los medios sobre los
fines ... El proceso es más importante que el producto
» ( 1 3-244)
Como
bien concluye Guy Jacquin, «el juego del niño no es utilitario, por más que
juegue a ser ebanista o carpintero, y de él no queda casi nunca resultado
tangible. El trabajo del adulto es interesado; el juego del niño es gratuito»
(74-24) .
«El
Gran Fetiche (la Tierra) dejaría de ser habitable para muchos hombres
inteligentes si la vida estuviese reglamentada hora por hora, y si no fuera
posible realizar cosas inútiles como, por ejemplo, referir a las estrellas nuestros ensueños y nuestros amores», dice poética y profundamente
Anatole
France.
Condición
del juego es, en consecuencia, la voluntariedad: no admite obligación ni
control (13-245). Es «Un modo de relación del niño con el adulto, y expresa sus
posibilidades de oponerse a su dependencia, y las de adquirir una relativa
autonomía» (Lebovici y Diatkine (1-76). De ahí que resuma Caplan el juego «Como
una actividad voluntaria que permite libertad de acción, desviación de las rutinas
y disponer de un mundo imaginario para dominarlo» (17-Xll). El resultado es
«Una actividad feliz que comienza en deleite y termina en sabiduría» (17-Xll).
Como vivimos en un mundo en el que una imagen(vídeo) vale más que mil palabras me tomo la libertad de compartir con vosotr@s la visión de Tonucci, pedagogo, pensardor, ilustrador y experto en el juego que, primero, en este breve vídeo nos muestra, junto con otr@s expert@s, la importancia del juego y, segundo, nos regala su visión más crítica y repleta de humor a través de sus ilustraciones.
No me resisto a volver a compartir con vostr@s (creo que nunca dejaré de hacerlo) este maravilloso vídeo que cuestiona de manera brillante las diferentes ópticas con las que l@s adult@s miramos a la infancia. A menudo el ruido que nos rodea no nos deja escuchar el grito desesperado de la infancia reclamando, como bien decía Aita Barandiaran ("Haurrak, haurlan", "l@s niñ@s, a su trabajo") su verdadero "trabajo", "jugar".
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